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Bola De Nieve

Ignacio Jacinto Villa y Fernández nació en Guanabacoa, Cuba, el 11 de septiembre de 1911 y murió en la Ciudad de México el 2 de octubre de 1971. Más conocido por su nombre artístico de Bola de Nieve, fue un cantante, compositor y pianista cubano. Se trata de uno de los más geniales músicos que ha dado la isla caribeña. Es un genuino icono de la idiosincrasia cubana.


De un estilo muy personal, lograba comunicar su mensaje de forma ingeniosa a la manera de los viejos cuenteros. Al cantar, a veces contaba antiguas historias, donde aparecían distintos personajes que incorporaba magistralmente, para lo cual se preparaba como un actor. La improvisación para él no existía. Estudiaba diariamente.


Según su familia fue su tía abuela Mamaquina quien hizo que estudiara música, pues así se lo habían indicado sus santos. Como dato curioso también podemos alegar que fue profesor de matemáticas.


Los orígenes de su apodo se dividen en dos opiniones. Para muchos, lo ideó Rita Montaner en una noche de espectáculo en el hotel habanero Sevilla en 1930 o 1931, cuando la acompañó al piano en «El manisero» y «Siboney». Para otros, como el periodista Fernando Campoamor, fue idea de un médico del barrio, Carlos Guerrero. Las historias populares cuentan que a Ignacio le molestaba el apodo ya en la época en que aún no era famoso y esperaba en el portal del teatro Carral en su barrio para sustituir al pianista de la función cuando este faltaba o cuando acompañaba los filmes silentes (cine mudo) que allí se proyectaban. Los muchachos del barrio, en burla, lo llamaban por los motes de «Bola de Fango» y «Bola de Trapo». No obstante fue realmente Rita Montaner quien hizo popular el apodo, que se vio por primera vez escrito en público en México, cuando la cantante hizo que pusieran en el cartel de presentación: «Rita Montaner y Bola de Nieve».


Cantaba en inglés, francés, italiano, portugués, además de ser un intérprete único, compuso otras piezas antológicas, como «Si me pudieras querer», «Arroyito de mi casa», «Vete de mí» …


De él comentaron:


Pablo Neruda:


«Bola de Nieve se casó con la música y vive con ella en esa intimidad de pianos y cascabeles, tirándose por la cabeza los teclados del cielo. ¡Viva su alegría terrestre! ¡Salud a su corazón sonoro!»


Alejo Carpentier:


«Bola de Nieve nos pone a todos de acuerdo, evidentemente. Pero ha tenido, por encima de eso, el talento necesario para ponerse de acuerdo con todos los pueblos del mundo.»


También comentó Harold Gramatges:


«Su auténtica musicalidad, su amplia cultura y una gracia sin medida hacen de él un personaje singular dentro del arte que cultiva […]. Por eso es universal nuestro cubanísimo Bola.»