Ignacio Cervantes está considerado la más importante influencia de la música cubana del siglo XIX. Niño prodigio, virtuoso del piano y compositor, Cervantes nace en La Habana el 31 de julio de 1847. Con 19 años se marcha a estudiar en el conservatorio de París donde pasó cuatro años y obtuvo los primeros premios de «Composición» en 1866 y «Armonía» en 1867.
En 1875 Cervantes y el músico José White tuvieron que abandonar Cuba expulsados por el capitán general de la isla, por haber realizado una serie de conciertos a lo largo del país recaudando fondos para la causa independentista. Una vez en los Estados Unidos y México, Cervantes continuó su labor proselitista y regresó a Cuba en 1878. Cervantes fue uno de los primeros músicos en el continente americano en identificar su obra musical con el sentimiento nacionalista, enfocó concienzudamente su obra a su patria y la utilizó como arma de lucha. Cervantes consideraba el nacionalismo como una consecuencia natural de los pueblos a distinguirse y a emanciparse.
Con su extraordinario talento musical desarrolló su carrera como pianista. Su obra comprende un variado catálogo de composiciones que incluyen dos óperas, zarzuelas, música sinfónica y de cámara, música para canto y piano, así como numerosas transcripciones de obras propias y de otros autores, pero el volumen más importante de sus creaciones lo constituyen sin lugar a dudas su música para piano, conformada por valses, contradanzas y danzas, estas últimas las más interpretadas por todos los seguidores y amantes de su obra. Cervantes impregnó en sus danzas para piano una exquisita cubanía y logró plasmar en sus obras la síntesis del mundo sonoro y el pensamiento romántico cubano del siglo XIX.
Las danzas para piano de Cervantes son exponentes del estilo romántico asimilado por la mayoría de los compositores cubanos de la época, que surgió bajo la influencia europea de la miniatura romántica de factura sencilla y extensión más corta. En estas piezas de corta duración, el autor mantiene la estructura tradicional binaria (dos partes de ocho o dieciséis compases con repetición), aportando, de igual manera, recursos de entonación propiamente criollos. Dentro del amplio espectro cultural cubano, Cervantes es un símbolo de la isla. En su memoria se celebra en Cuba cada dos años el Concurso y Festival Internacional de Piano Ignacio Cervantes.
Una de sus danzas más conocidas es «Los tres golpes», la que a continuación les invitamos a escuchar…